El Gran Premio de Gran Bretaña regresa a Silverstone 24 años después de su última edición, pero nada tiene que ver el circuito que se encontrarán los pilotos de MotoGP. Ni siquiera a los que han corrido en SBK les resultará conocido.
Silverstone es nuevo en todos los sentidos: nunca antes el Mundial de MotoGP había desembarcado allí, porque la última vez que el campeonato pasó por allí fue en 1986, y desde entonces hasta ahora el trazado ha cambiado notablemente. Ha pasado de ser una pista ultrarápida, con velocidades medias de carrera muy elevadas –en 1984 Randy Mamola ganó la carrera de 500 a una media de 187,017 km/h, la velocidad media más alta jamás alcanzada en una carrera motociclista-, a otra más variada merced a las continuas reformas sufridas desde entonces. La pista original, de 4.711 metros, se llenó de “chicanes” para aminorar su velocidad, causa de no pocos terribles accidentes. En 1980, Patrick Pons falleció tras una caída en la carrera de 500 en la que se vio involucrado Michel Rougerie. En 1982, Barry Sheene sufrió una terrible lesión, con fractura de tibia y peroné de ambas piernas, al encontrarse en uno de los puntos más rápidos varias motos caídas. Y en 1983 Brown y Huber fallecieron al chocar en plena carrera de 500 como consecuencia del gripaje de una de sus motos. 1986 fue el último año que albergó un Gran Premio.
Desde entonces, Silverstone fue modificando sus rápidos virajes, casi todos de derechas, con múltiples variantes. Cuando dejó de albergar el Gran Premio de Gran Bretaña en 1987, estuvo apartado del calendario internacional hasta 2002, cuando alojó el Mundial de SBK. Su trazado creció hasta los 5.094 metros, después pasó a ser de 5.036 en 2004, para terminar siendo usada una versión reducida en 2007 de sólo 3.561 metros. El Silverstone que veremos el próximo fin de semana ha sido modificado con un trazado más atractivo para los espectadores, que lleva la longitud de la pista hasta los 5.890 metros.
Va a ser una de las pistas más rápidas del campeonato, y es toda una incógnita, ya que nadie ha rodado aquí, salvo Loris Capirossi y Álvaro Bautista, que participaron en la exhibición oficial a lomos de sendas Suzuki GSX-R 1000. No sólo se van a tener que enfrentar a una pista nueva, sino a sus peculiaridades. Los neumáticos tendrán requerimientos especiales. El neumático trasero será asimétrico, con la zona derecha de un compuesto más duro, y la parte izquierda diferente para lograr que tenga un rápido calentamiento y evitar problemas de diferencia de temperatura. Las opciones de Bridgestone para esta carrera serán compuestos medio y duro en ambas ruedas. El asfalto es abrasivo, aunque la zona antigua está algo bacheada y a la nueva le falta goma, y la otra exigencia a la que tendrán que hacer frente los neumáticos es la alta velocidad de carrera.
La temperatura, que no suele ser muy elevada, es otro duro desafío, por lo que los ingenieros de Bridgestone han tenido que buscar un compuesto que permita encontrar un compromiso en muchas aspectos. Sin duda que su experiencia con la Fórmula 1 en esta pista habrá resultado de gran utilidad.
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