
La tragedia conmociona el MotoGP. Nadie más que ellos saben lo que esto significa –como si la muerte trágica pudiera tener un significado existencial-, pero a ellos, los pilotos, también los golpea, los sacude. “Estoy en shock”, acierta a balbucear Casey Stoner. “Lo que ha pasado parece imposible”, dice Andrea Dovizioso atravesado por la pena. “Muchas veces nosotros mismos no nos acordamos de cómo es éste deporte, a veces puede ser muy peligroso y cuando pasan estas cosas le quita todo el sentido a todo”, piensa Dani Pedrosa, quien estuvo con Paolo Simoncelli, el papá de Marco. “no hemos podido hacer más que abrazarnos. Está claro que ante esto no hay nada más que importe”. Y Dovizioso también sabe de qué se trata esto. “Yo también tengo un hija y lo que ha pasado es la situación más dura que te puedas imaginar”, afirma el italiano, quien va a extrañar tanta confrontación ocurrida con su compatriota. “Marco era un piloto fuerte, siempre daba el máximo. Hemos corrido juntos desde que éramos niños, siempre iba al máximo, se había caído muchas veces, pero sin tener lesiones importantes, como si fuera invulnerable”, recordó Andrea, al tiempo que completa una reflexión: “en una carrera, luchas y lo das todo y la tragedia está siempre a la vuelta de la esquina”.
Un accidente desafortunado. A ellos, los pilotos, les quedó trunca una carrera. Nunca hubieran querido que Sepang finalizara así, con una Bandera Roja que se tuvo que anticipar a la Bandera a Cuadros final, que nunca pudo flamear. En menos de dos vueltas, el GP de Malasia, se convirtió en un drama. Marcos Simoncelli, que había partido quinto, que había superado a Colin Edwards, que ya peleaba con Álvaro Bautista –quien en la curva 15, al final de la primera vuelta y en la primera, al comienzo de la segunda vuelta, había intentado superar a Marco de una manera desesperada-, pero en la curva 11, Simoncelli, pierde él sólo, el control de adelante y la moto se barre hacia la derecha para ser impactada por la de Edwards que estaba detrás, quien a su vez queda en la línea de Valentino, que pese al choque logra salir indemne hacia afuera de la pista. Edwards también termina fuera (con el hombro dislocado), pero se puede levantar por sus propios medios. Mientras en la pista Simoncelli yace inmóvil boca abajo, ¡sin el casco! Una imagen escalofriante que presagia un final desafortunado. La carrera se cancela definitivamente.
La tragedia se instaló en Sepang. Durante más de cuarenta minutos, los médicos de la Clínica Móvil trataron de reanimar a Marco, quien había llegado inconciente, con paro cardiorrespiratorio y con graves lesiones en la cabeza, en el pecho y en el cuello, tal como declaró el Dr. Michele Macchiagodena (Director Médico de MotoGP) en la reunión con los medios de prensa, pero a las 16.56 de Malasia (05.56 de Argentina) Simoncelli falleció después de “haber intentado ayudarle durante el tiempo que pensamos que era posible”, detalló Macchiagodena, quien reconoció que “Estaba muy triste, al tener que informar sobre la muerte de un amigo: Marco Simoncelli”.
De cualquier manera, la mayoría de los periodistas sienten que ninguna investigación exhaustiva “les va a recuperar al ‘ragazzo’ de 24 años con quien nos divertíamos, discutíamos, comíamos o nos reíamos”. No vamos a volver a ver su clásica melena de león. Ni volveremos a ver su mirada transparente.
¡Te vamos a extrañar ‘SuperSic’! La última vez que estuve con Marco Simoncelli fue en la carrera de Catalunya, en junio pasado, estuvimos reunidos con él y con Aldo Gandolfo –un excelente periodista que hace muchos años está en MotoGP y que ejerce la tarea de Jefe de Prensa de Fausto Gresini-, quien en el 2010, ya me había franqueado una fluida comunicación con Marco. En Catalunya, hablamos mucho con Simoncelli sobre la ofensiva de otros pilotos sobre su particular manera de competir. Marco era polémico pero sincero. Era agresivo deportivamente pero lejos de intentar dañar a un rival. Su manejo era al máximo, como bien decía Dovizioso, quien lo conocía de toda la vida. Simoncelli era un piloto sin vueltas. Verdadero. Un hijo de la “Romagna veloz”, tal como se denomina a tantos pilotos que, como Marco, han nacido en la región de la Emilia Romagna. Él era de Cattolica, una localidad cercana al circuito de Misano. Tenía 24 años. Nos dejo sin podernos demostrar cuan cerca estaba de su primera victoria en MotoGP. Unos días atrás, en Australia, había conseguido su mejor resultado en la categoría reina: segundo, escoltando a Stoner, luciendo ese 58 que había convertido en icono de un estilo, de vida, de manejo, de espectáculo.
En agosto, en Brno, recién pudo alcanzar su primer podio. Tercero. “Has tenido suerte con éste podio”, le dijo Shuhei Nakamoto, responsable máximo de HRC en MotoGP, pero el mismo directivo japonés reconoció ahora que, “No sé qué decir, no me salen las palabras. Tengo mi corazón destrozado. Pero ahora ‘quiero decirte gracias Marco, por todo lo que me has dado’… es un momento muy triste”.
A todos los que vivimos el motociclismo de competición con cierta pasión, la partida de Marco Simoncelli nos ha golpeado mucho, pero a lo mejor la competición misma nos ayude a olvidar –para aliviar la pena- este trágico suceso y a extrañarlo con todas sus cualidades. Quienes no podrán hacerlo –olvidarlo- serán papá Paolo o Rosella su mamá o su hermana Martina, mucho menos Kate su novia.
Y justamente Valentino, lo recuerda de esa manera, como un familiar: “Sic era para mí como un hermano menor. Muy fuerte sobre la pista y muy tierno en la vida cotidiana. Lo voy a extrañar muchísimo”. Carlo Pernat, fue Manager de Rossi, como en su momento lo fue también de Max Biaggi, ahora lo era de Simoncelli: “Lo único que puedo decir es que Marco murió haciendo lo que más amaba: corriendo”. Giampiero Sacchi, quien fue su descubridor, su ex jefe en Aprilia, Derbi y Gilera, se interrogó: “¿Por qué siempre se llevan a los mejores?”.
Y todos han comenzado a recordarlo. Como los del Milan, el equipo de fútbol italiano, quien reconoce en Marco a un “grande tifoso rossonero”. La alemana Judith Pieper-Kohler, encargada de prensa del Yamaha Tech3, escribió “Ciao, Marco. A much-loved star on and off the track” (“Adiós Marco, una muy querida estrella, dentro y fuera de la pista”). Hay admiración. Como lo hace Federica de Zottis, la Press Officer de Ducati, en su informe para la prensa, cuando dice: “En memoria de Marco Simoncelli… al que siempre vamos a recordar por su sonrisa, su entusiasmo, por su gran corazón y por las emociones que nos diste en los últimos años”.
No podía estar ajeno Mark Webber, quien cuando está cerca de una carrera o de un ensayo de MotoGP, allí está éste piloto de Fórmula 1 twitteando: “RIP Marco, un talento especial que no podrá olvidarse”. Como siempre, un directivo japonés con expresiones sobresalientes: “Hoy hemos sido devastados. En esta situación, las palabras no le hacen justicia a la emoción que estamos sintiendo. Se ha perdido una estrella brillante, un carácter genuino, con un carisma y un espíritu imparable, y por sobre todo hemos perdido un amigo”, desgranó Taka Horio, Director General de Bridgestone Motorsports, quien no ahorró palabras, “fue un verdadero corredor, algo que demostró una y mas veces éste año, determinado hasta el final, un gran showman. Nos deja como herencia, una cualidad destacable de él: su tenacidad. Lo vamos a extrañar mucho”.
John Hopkins, que no pudo participar en Malasia por un dedo lesionado con anterioridad, quiso despedirlo: “A Simoncelli 58, dios de la velocidad… tu espíritu de lucha vivirá por siempre”. Más que sorprendido, el veterano cuatro veces Campeón de SBK, Carl Fogarty exclamó: “No lo puedo creer. Marco era una brisa de aire fresco en MotoGP”. Malcolm Wilson, responsable del Team Ford del Mundial de Rally comentó: “Es una jornada ensombrecida por la muerte de Marco. Nos visitó hace unas semanas para probar un Fiesta RS WRC y lo hizo con tanto entusiasmo y deleite que llamaba la atención”.
Héctor Barberá, le rinde homenaje: “Hemos perdido un gran rival, con quien tuvimos terribles peleas en el pasado. Fue un gran compañero, porque cuando me he lastimado peleando con él, me ha visitado en el hospital”. Ben Spies, tan expresivo en sus frases cortas: “SuperSic, ahora descansá tranquilo…”.
Un historial que se cierra. Las estadísticas le sirven sólo a los seres vivos. La historia de competición de Marco Simoncelli comienza a los siete años con las Mini motos, donde fue Campeón Italiano en 1999. En el 2000 fue Campeón Europeo de 125cc. En el 2002, debuta con una Aprilia en el Mundial de 125cc, sobre la pista de República Checa. Allí permanece cuatro años, donde su mejor ubicación fue quinto en el 2005. Al año siguiente, hasta el 2009 se instala en 250cc, donde se consagra Campeón en el 2008 con una Gilera. A partir del 2010, desde el Honda Gresini Team comienza su trayectoria en MotoGP. Ese año, finaliza octavo con 125 puntos. En ésta temporada, alcanza dos podios (en Brno y en Phillip Island) y obtiene dos pole position (Catalunya y Holanda). Con Valentino Rossi, compartían el sexto puesto con 139 puntos. Para el 2012 había renovado su contrato con HRC para permanecer en el equipo de Fausto Gresini.
Fausto Gresini no encuentra consuelo. Ya había perdido a Daijiro Kato, accidentado en Suzuka del 2003, ahora es a Marco. Fausto, con la asistencia de Aldo Gandolfo, ‘colgó’ una foto, en la web del equipo, de su piloto con una toalla protegiéndole la cabeza y con el título de “Adiós, SuperSic”. Y nada más. ¿Qué más se puede escribir desde adentro del equipo arrollado por la desgracia?
En total, Marco Simoncelli participó en 148 GP (34 en MotoGP, 64 en 250cc y 50 en 125cc). Obtuvo 14 victorias en total (12 en 250cc y 2 en 125cc). Como titulaba el semanario digital inglés GPWeek: “No gana pero todos hablan de él”.
Aparte del motociclismo de competición, una pasión que era notoria en Simoncelli era el juego de cartas, donde su habilidad era tal que desafiaba a todos, periodistas o mecánicos a jugar, haciéndolo con tal naturalidad como corría en pista. Carmelo Ezpeleta, el Nº 1 de Dorna Sports, quien hoy recorrió box por box, para hablar con cada uno de los pilotos, anunciándoles que la gravedad de ‘SuperSic’ era tal –no lo podían reanimar en la Clínica Móvil- que la carrera sería cancelada, fuera cual fuera el destino final de Marco. Carmelo recordó que anoche “Lo encontré a Sic jugando a las cartas en el hotel y le dije que me lamentaba no saber jugar a las cartas porque sino me hubiera sentado con él, era un placer verlo jugar y ganar”.
Daijiro Kato en el ’93. Shoya Tomizawa en Moto2 del 2010 en Misano. Marco Simoncelli, muere aferrado a su Honda en una caída, donde la Diosa Fortuna no pudo impedir que el instinto lo arrastrara para adentro, cuando si lo hubiera expulsado para afuera de la pista, a lo mejor la historia podría haber sido diferente. Pero no fue así.
Mario Diez Prensa Dorna Sports